martes, diciembre 2

diario de escritor: Ensayo

Noto que me estoy enroscando con el tema en puntos que se alejan del objetivo central que es la obra de Caparros.
Debo delimitarme un poco mas para mantener el hilo, para evitar q quien lea pierda el sentido.
Encontre nuevas entrevistas publicadas, subo el blog.
Llevo 3 paginas y aun no logro escribir sobre todo lo que me interesa.
Todavia no encuentro algun epigrafe que me llame del todo, queria incluir alguna estrofa de alguna cancion caracteriztica, sigo en la busqueda ya que la de Bersuit la utilice para el intertexto Argentinos.

Adjunto lo realizado hasta ahora.

La esencia del ser argentino.

¿Es posible encontrar la identidad de una nación?
¿De ser así cuales serian los recursos que deberían utilizarse para conocer la verdadera idiosincrasia argentina? ¿Al verdadero ser nacional?
Martín Caparros, investigador y periodista intenta con su obra “El interior”, develar las raices argentinas, contar un país y la forma real de ser de su gente, sumar las variedades del mismo para reconocer en ellas la existencia de una sola esencia nacional.

Un viaje al interior, es el inicio e hilo conductor del libro. Cada capítulo narra la visita a un nuevo pueblo o ciudad, y el recorrido nos muestra la gran capacidad de este autor de escuchar y registrar aquellos discursos que nos reúnen en una sola cultura, Caparros nos deslumbra con su talento de cronista y su agudo sentido del humor.

Argentinos.

¿De que hablamos cuando decimos que somos nación?

Las coincidencias entre el pueblo Argentino son muchas, según la Bersuit somos una mezcla, un crisol de razas.
“Tanos, gallegos, judíos, criollos, polacos, indios, negros, cabecitas... pero con pedigree francéssomos de un lugar santo y profano a la vez,mixtura de alta combustión
Del éxtasis a la agoníaoscila nuestro historial.Podemos ser lo mejor, o también lo peor,con la misma facilidad”

Entre hermanos también compartimos diferencias, el interior representa en el bicho de ciudad un más allá desconocido y posiblemente desolado, no se sabe que puede suceder si uno atraviesa esa frontera.
En un momento de nuestra literatura fundadora como en el Martin Fierro, ese viaje represento el exilio, el estar fuera de lo civilizado y socialmente correcto, mas allá estaban los bárbaros indios, con sus malos hábitos y costumbres paganas. Con estas conceptualizaciones fuimos creciendo inconcientemente hasta la actualidad. Donde aun muchos creen que el interior es tierra de nadie, lugar de ranchos, vacas y soledad.

Martin Caparros trata de desmitificar las fronteras entre ese interior y la capital, según su entender, el mejor modo de realizarlo es a través del viaje que emprende por este desconocido territorio, pueblos, ciudades, escuelas, iglesias, bares, clubes, personajes, viejos y niños son objeto de investigación en esta búsqueda de las raíces comunes de nuestro país. Este cronista solo en su auto, recopila miradas y discursos que denotan que es el “El interior”
“Es difícil sintetizar qué es el interior. Para empezar es algo muy distinto de lo que solemos pensar los porteños cuando imaginamos el interior del gaucho en su caballito, el coya o el hachero misionero, etc. El 80 por ciento de la población del interior vive en ciudades.Me acordaba de alguien de Resistencia en Chaco, en un aviso en el diario una persona pedía alguien del interior para servicio doméstico. Pero del interior de la provincia! Siempre hay un interior”.

Discursos.
El libro tiene presentes rasgos de la oralidad muy fuertes, que permiten identificar cada unos de los lugares visitados.
Parte de la patria es el lenguaje, a través de este se lograron conocer las historias comunes de nuestros antepasados.
En el texto el autor no realiza una edición de los testimonios que recoge, en primer lugar porque de este modo logra un efecto ágil, cotidiano, en el cual el protagonista se deja entrever tal cual es sin modificaciones en su discurso, algo lógico en un libro que intenta mostrarnos tal cual somos, porque las diferencias que existen entre las distintas regiones de nuestro país en cuanto al discurso, también forman parte del todo que significa ser argentino.
Y en segundo plano porque su modalidad de trabajo y su forma de entender el oficio del periodismo no implica la toma de atribuciones para recortar un discurso a gusto personal. Esta práctica ensucia el testimonio original, y en definitiva el mismo se convierte en una versión subjetiva de lo que el periodista selecciono de lo dicho por el entrevistado.
“Editar lo que alguien dice me parece siniestro y es una costumbre muy propia del periodismo argentino. El grabador muchas veces lo llevaba en el bolsillo de la camisa, fundamentalmente para que no interfiera en las charlas, no con el objetivo de engañar a nadie. Lo curioso es que los periodistas le cambian las palabras a la gente cuando las transcriben pero después mucha gente, cuando habla con un periodista, trata de hablar en ese lenguaje que los periodistas le inventan a la gente Entonces ahí te cierra el círculo. ¿No viste que en la televisión cuando le preguntan a cualquiera por la calle sobre un delito, la gente habla como la policía? Es un delirio”.

1 comentario:

Celia Güichal dijo...

Melina,
te dejo aquí mis saludos y agradezco tu constante participación en las clases del taller,
saludos,
Celia